Por Sara Romero
Han pasado diez años desde que Whitman decidió presentarse al mundo de la moda masculina como un universo lleno de arte, materiales de alta calidad, lujo y versatilidad. Un universo que cautivó a muchos inicialmente en el mundo digital, donde la marca adquirió reconocimiento y formó una comunidad que le creyó al diseño colombiano y a la idea de producir moda sostenible en Colombia, aprovechando la diversidad y la gran productividad de nuestra tierra.
Hoy, convertidos en una de las marcas masculinas más importantes del país, siguen siendo fieles a sus valores de sostenibilidad y compromiso social.
Con una producción 100% colombiana y con la utilización de fibras naturales como algodón orgánico, lana merino, lana peinada, cuero, semillas de Tagua y algunos materiales reciclados, Whitman le apuesta a causar el menor impacto posible en el medio ambiente y a generar la menor cantidad de residuos no aprovechables. También tienen estrategias y cadenas de producción locales para reducir la huella de carbono que ocasiona el transporte y, a su vez, generar empleo en las ciudades donde la marca tiene presencia.
Muestra de esto es una de sus últimas colecciones de accesorios a la que llamaron “Hasta la raíz”, una serie de cinturones tejidos por la comunidad indígena Kamsa, de Putumayo y Nariño, donde exaltan toda la ancestralidad detrás de estos oficios tradicionales y le ponen el toque de distinción y exclusividad al combinarlos con cuero de alta calidad y acabados en metal.
Whitman tiene un presente contundente en todo el país y un futuro prometedor. Con la apertura de su más reciente tienda en México le dan paso a internacionalizar su mercado y a su vez, le apuestan a la diversificación con el lanzamiento de la línea femenina.